Tema: ¿Por Que Vistes A Si?
Lección #1 Tu Cuerpo le Pertenece a Dios
INTRODUCCIÓN:
Cuando te vestiste esta mañana:
ü¿Por qué escogiste esa ropa?
ü ¿Acaso cerraste los ojos, metiste la mano en el ropero, y
agarraste la primera camisa, blusa o vestido que tocaste?
ü O, ¿tenías algún propósito al momento de escoger esa ropa?
ü ¿Querías lucir bien?
ü ¿Querías impresionar a alguien?
ü ¿Querías quedar bien con tus amigos, con tus clientes o con
tu jefe en el trabajo?
Permíteme
hacerte otra pregunta, mientras estabas frente al espejo:
ü ü¿recordaste que Dios te estaba mirando?
ü¿Sabes que él te observa ahora mismo?
ü¿Sabes que él observa tu ropa, tus zapatos, tu cabello… y
conoce cada intención y motivo de tu corazón?
ü¿Sabes que a él le importa tu forma de vestir?
Por
favor, aparta un rato para leer esta lección, mi oración es animarte a obedecer
a Dios en tu manera de vestir.
TU CUERPO LE PERTENECE A DIOS:
“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó;
varón y hembra los creó.”
(Génesis 1.27)
¿Sabías que tu cuerpo le pertenece a Dios? Sí, le pertenece a él
porque él lo hizo.
Nuestro gran Dios, el Creador del cielo y la tierra, formó al primer hombre y
la primera mujer a su propia imagen, y les dio la capacidad de procrear hijos.
Eres descendiente de esa primera pareja humana; por lo tanto, eres
creación de Dios. Y no sólo eso, Dios te conoció personalmente aun antes de que
nacieras
(Salmo 139.16). “Mi embrión vieron tus
ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego
formadas, Sin faltar una de ellas”
ü Él supervisó la formación de tu cuerpo en el vientre de tu madre.
ü Organizó los genes que determinarían el color de tus ojos, la
forma de tu cuerpo y los rasgos de tu personalidad.
Dios no hizo a ningún otro exactamente como tú. Dios te hizo y, si
eres cristiana, te compró con la sangre de Cristo
(1 Corintios 6.20) “Porque habéis sido
comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro
espíritu, los cuales son de Dios”
(1 Pedro 1.18–19) “sabiendo
que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de
vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la
sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”
ü ¿No crees que él tenga derecho de decirte lo que debes hacer?
Si tú construyes una casa, puedes hacer lo que quieras con esa
casa, ¿no?
- ü Puedes pintarla
- ü Remodelarla
- ü Venderla o derribarla si quieres.
¡Es tuya! tienes autoridad sobre ella.
De la misma manera, Dios tiene toda autoridad Sobre tu vida.
Él es todopoderoso; puede hacer lo que quiera contigo. Pero,
¿sabes qué? ¡Dios te hizo para que seas su amiga, su hija!
Te ama y Dios tiene toda
autoridad sobre tu vida quiere tener una
comunión muy especial contigo.
Te hizo con la capacidad de apreciar la belleza y sentir la
felicidad para que puedas disfrutar la vida que te dio. Y quiere que un día
habites con él en su hogar perfecto en el cielo.
Recuerda: Dios tiene derecho sobre tu cuerpo porque él te hizo
y, si eres cristiano, te compró con la sangre de su Hijo. Él te ama y quiere lo
mejor para ti.
ü La
manera en la que uso mi cuerpo determina a quién estoy sirviendo.
ü La
forma en la que me visto y me conduzco atraerá la atención hacia mí o hacia a
Dios.
ü Ese
es el corazón de la modestia, que nuestro cuerpo y vestimenta puedan decir
“no me mires a mí, mira a Dios”.
(1
Timoteo 2:9-10) “Asimismo, que las mujeres a se vistan con ropa decorosa, con
pudor y modestia, no con peinado ostentoso, no con oro, o perlas, o vestidos
costosos, sino con buenas obras, como corresponde a las mujeres que profesan la
piedad”
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