lunes, 22 de junio de 2020

LA IMPORTANCIA DE LA AUTORIDAD

LA IMPORTANCIA DE LA AUTORIDAD

TEXTO: Romanos 13: 1-7 - Isaías 14: 12-14 - Hebreos 1:3; 11:13

 Razones por las cuales es importante la autoridad de Dios:

A)   Todas las cosas han sido creadas por medio de su autoridad; Hebreos 11:3

B)    Todas las leyes físicas del universo son mantenidas por su autoridad;
Hebreos 1:3

C)    Hablar de autoridad es hablar de Dios mismo; por eso es importante
que  el que quiera servir al Señor conozca su autoridad.

 

Un obrero cristiano debe conocer quien es su autoridad. Si no conoce quien es la autoridad sobre él no va a obedecer. No debemos estar ocupados en saber que es lo correcto y que lo incorrecto; que es el bien y que es el mal; en lugar de eso debemos conocer quien es la autoridad sobre nosotros, y a quien debemos sujetarnos.

Una vez que sepamos esto, encontraremos naturalmente nuestro lugar en el cuerpo
(La  Iglesia).

 

 Por esto se encuentra a veces tanta confusión y desorden porque muchos cristianos no tienen la menor idea de lo que es sujeción. Por esta razón la obediencia a la autoridad es la primera lección que un obrero debe aprender.

 

Ante la autoridad hay dos actitudes:

A)   Una actitud de Sumision o

B)    Una actitud de rebeldía

 

 

LA OBEDIENCIA DEBE SER RESTAURADA

Desde la caída de Adán, el desorden ha imperado en el universo.

Tenemos un conocimiento muy inadecuado sobre la obediencia. La obediencia de la cual nos enseña la Biblia, se refiere a nuestra sujeción a Dios directamente y a las autoridades establecidas por El. 

   Así como la fe en el principio por el cual obtenemos la vida; la obediencia es el principio que nos enseña a vivir. 

Para poder recobrar la autoridad debe ser restaurada primero la obediencia.
Muchos creen poder tener autoridad, sin haber conocido la obediencia, esto, es imposible.

Permitamos que la obediencia sea nuestra primera reacción.

            Muchos dicen que obedecen a Dios, pero no se sujetan a las autoridades delegadas. Puesto que todas las autoridades vienen de Dios, debemos aprender a obedecerlas todas. Los problemas que enfrentamos hoy se deben a que los hombres están viviendo fuera de la voluntad de Dios.

 

 

El origen de la REBELDÍA:
El origen de 
SATANÁS

 

TEXTO: Isaías 14: 12-14 - Ezequiel 28: 13-17

 

            ¿Quién era Satanás antes? Era un querubín, era el ser creado más inteligente,
 el más brillante, quien ocupaba una posición de autoridad importante.
Todos los millones de seres angelicales estaban sujetos a él, le obedecían a él; 
 después de La Trinidad él era el más importante.
  Se convirtió de lucero de la mañana en Satanás, cuando quiso
sobrepasar la autoridad que el Señor le había dado, cuando no se conformó con su posición y quiso competir con el Señor, ésta fue la causa de su caída.

Isaías: 14: 12-14

           El intento de Satanás (que significa ADVERSARIO) de colocar su trono por encima de Dios, fue lo que violó la autoridad de Dios.
El hecho de su rebelión contra la autoridad de Dios fue la causa de su caída.

            Al no someterse al Señor, por primera vez entra un principio devastador al universo que es el PRINCIPIO DE LA REBELDIA, a partir de allí, si hay algo que ofende grandemente al Señor es la rebeldía, porque es pecado cometido directamente contra su persona.

 

            En nuestro servicio a Dios no debemos violar las autoridades, porque éste fue el principio de Satanás. ¿Cómo podemos hablar de Cristo, de acuerdo al principio de Satanás? Cuando predicamos la doctrina de Cristo y al mismo tiempo estamos bajo el principio de la rebeldía, en cuanto a que no nos sometemos a la autoridad directa o    indirecta de Dios.
Satanás no está temeroso de que prediquemos de Cristo: sí teme que estemos sometiéndonos a su autoridad.

 

            ¿Cuál es la situación hoy en día? Ahora Satanás no le preocupa que alguien predique, enseñe en la Escuela Dominical; le preocupa cuando hay cristianos dispuestos a obedecer al  Señor; porque todas las actividades anteriores alguien las puede realizar sin obedecer, sin estar sujeto, sin respetar la autoridad del Señor.

 

 

  Nosotros predicamos el evangelio para llevar hombres al reino de Dios y a su autoridad; pero ¿Cómo podemos establecer la autoridad de Dios en la tierra,
si nosotros mismos no nos sometemos a esta autoridad; como podremos entonces resistir a Satanás?

 

            Ahora la mayor controversia en el universo, la mayor guerra en el universo es: ¿QUE PRINCIPIO VA A GOBERNAR
EN EL CORAZÓN DE LOS SERES HUMANOS?:

¿La obediencia o la rebeldía?

 

Si estamos sometidos  a la autoridad de Dios, tendremos como resultado directo, conflicto con Satanás.

 

            Antes de conocer la autoridad, Pablo trataba de acabar con la iglesia; después de conocer la autoridad se dio cuenta que “dura cosa es dar coces (fuerza humana),
contra el aguijón (autoridad de Dios)”. Inmediatamente cayó al suelo y reconoció la autoridad del Señor Jesús.

 

            ¿Cómo Pablo siendo un gran erudito con mucho conocimiento humano pudo escuchar las palabras de Ananías,
un desconocido  que sólo se oye de él en la Biblia una vez?

Porque primero oyó y reconoció la autoridad de Dios,
entonces sí pudo someterse a la autoridad de otro.
Esto demuestra que el que se somete a la autoridad, se somete a Dios, no a los hombres.

 

            No miremos a la persona, sino a la autoridad que representa. No obedecemos a los hombres, sino a la autoridad de Dios en los hombres.


LA MÁXIMA DEMANDA DE LA BIBLIA ES LA OBEDIENCIA

 

1ª Samuel 15:22

 

            La más grande demanda de Dios al hombre, no es que le sirva, ofrende, etc. Sino que le obedezca.
Por esto Samuel dice: “ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios”.
Dice esto porque aún el ofrecer sacrificios puede ser un acto puramente nuestro; en cambio la obediencia es absolutamente en honor a Dios
y tiene como centro la voluntad de Dios.
La expresión a la autoridad es la sujeción;
ésta no es posible en nuestro propio esfuerzo;
solamente cuando vivimos en el Espíritu.

 

            En Lucas 22:41-44 ¿Cuál era el conflicto de Jesucristo en el Getsemani?
No era temor a la muerte, ni era miedo de ir a la cruz del calvario;
sino asegurarse que la voluntad de Dios era que muriera.
Su temor era morir sin que esa fuera la voluntad de Dios y no tuviera ningún valor.

 

            Sacrificios es sinónimo de actividades en la iglesia. Muchas veces realizamos actividades que la gente se impresiona con nuestro servicio; pero no estamos obedeciendo al Señor y todo ese activismo no tiene valor;
OBEDECER ES MEJOR QUE LOS MUCHOS SACRIFICIOS.

 

            La muerte del Señor en la cruz es, la máxima expresión de obediencia a la autoridad. Como siervos de Dios el primer requisito que debemos llenar es obedecer la autoridad de Dios, y sólo así Dios comenzará a usarnos.
Solamente cuando trabajamos en obediencia a la autoridad, estamos actuando de acuerdo a la voluntad de Dios.

 

            No debemos servir a Dios y simultáneamente ir en el camino de la rebelión teniendo un espíritu rebelde. ¿Estamos dispuestos a obedecer la autoridad o no?
  Los que servimos a Dios debemos tener bien claro esto de la autoridad. Solamente cuando se ha conocido bien la autoridad de Dios,
y hemos aprendido a obedecerla, estaremos en condiciones de conducir
a otros por el camino correcto.

 

CASOS DE REBELIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.


1-     La rebelión de Adán y Eva

Génesis 2:16-17

Génesis 3:1-6

 

En Génesis 2 y 3 vemos que después que Dios creó a Adán le dio una orden. El hecho principal de esta orden no fue el decirle que no comiera de cierto fruto, sino colocar a Adán bajo la autoridad para que aprendiera obediencia.
Así como Dios colocó todo lo creado bajo la autoridad de Adán;
así también Adán debía estar bajo la autoridad de Dios y debía obedecerla.

 

La causa de la caída de Adán, fue su desobediencia y rebeldía a la orden dada por Dios. Un principio importante a aprender de este ejemplo es:
solo aquellos que están bajo autoridad pueden ejercer autoridad.

   Muchas personas quieren tener autoridad y nunca han estado dispuestas a someterse.

Lo primero que un obrero debe aprender es a OBEDECER.

 

Eva no sólo estaba bajo la autoridad de Dios, sino también bajo la autoridad de Adán. Ella tenía una doble autoridad que obedecer.
Muchos de nosotros también nos encontramos en esta posición.
Dios desde el principio ordenó al hombre obedecer,
y no hacer nuestra propia voluntad. Cualquier acción que no tenga obediencia
es una caída y cualquier acto de desobediencia es rebelión.

 

A medida que la obediencia aumenta, las actividades disminuyen. Cuando recién comenzamos a seguir al Señor estamos llenos de actividades, pero cortos de obediencia. A medida crecemos espiritualmente nuestras acciones o actividades disminuyen gradualmente hasta que estamos saturados de obediencia (vamos conociendo más la Palabra de Dios).

 

 

ALGUNAS LECCIONES SOBRE LA OBEDIENCIA

 

Tarde o temprano, aquellos que sirven a Dios encontrarán autoridad en el universo: en la sociedad, en el hogar, en la iglesia.
¿Cómo se puede servir y obedecer a Dios,
si nunca se ha encontrado con la autoridad de Dios?

 

            Obedecer a Dios es mucho más que enseñar doctrina, porque la enseñanza puede ser abstracta, pero, la obediencia no. Algunos piensan que es muy difícil obedecer la autoridad, pero si primero nos encontramos con Dios, la dificultad desaparece.
No hay nadie que obedezca la autoridad de Dios
y que no tenga la misericordia de Dios sobre él.

Aprendamos las siguientes lecciones:

 

1-                 Tengamos un espíritu (Actitud) de obediencia.


2-     Practiquemos la obediencia: sólo aquellos que han sido enseñados a
obedecer, no se sienten abrumados en cualquier parte que estén;
pueden vivir naturalmente en obediencia.


3-     Aprendamos a ejercer la autoridad que el Señor nos da, con humildad, siendo ejemplo, no enseñoreándose de aquellos que están bajo nosotros. Aquel que trabaja para el Señor necesita aprender
no sólo a obedecer la autoridad directa de Dios;
sino también a las autoridades delegadas por Dios.

 

Algunos aprenden obediencia pero no saben ejercer la autoridad cuando
son enviados a trabajar en algún lugar; es necesario aprender a estar bajo la autoridad y ejercer autoridad. Si la iglesia sufre por causa de los que no saben obedecer, también sufre con aquellos que no han aprendido a ejercer autoridad.

 

 

2-    LA REBELION DE CAM

Génesis 9:20-27

 

            Aquí encontramos un caso de mal uso de autoridad; es decir, el que representaba la autoridad no fue ejemplo.
Noé, como cabeza de familia, no tenía porque emborracharse; pero lo hizo,
él cometió un pecado, pero eso no le daba el derecho a su hijo
de irrespetar la autoridad de su padre (se burló de él)

 

            El padre es por mandato de Dios la autoridad delegada en el hogar, así que si un hijo ve defectos en la autoridad no le justifica para cometer pecados.
Cam tuvo un espíritu de desobediencia y rebeldía; él fue a contarles todo a sus hermanos en lugar de hacer lo que sus hermanos hicieron cuando vieron a su padre: entraron por detrás y le cubrieron.

 

            El pecado de Noé dio oportunidad para que Cam pecara. Cuando Noé despertó profetizó contra Cam y sus descendientes. Cam se convirtió en el primer esclavo; por muchas generaciones estuvo bajo la autoridad de otros.
En cambio los otros dos recibieron bendición:
El Señor Jesús proviene de Sem, y de Jafet vino la predicación de Cristo
(pioneros en evangelismo). Cada persona que desea servir al Señor necesita conocer la autoridad, nadie puede servir con espíritu rebelde.

 

 

3- fuego extraño ofrecido por nadab y abiu

Levítico 10:1-2

 

            Aarón recibió la autoridad para ser sacerdote; sus hijos debían servirle en obediencia. Dios nunca quiso que los hijos de Aarón sirvieran independientemente. Aarón debía iniciar todos los sacrificios, no sus hijos.
Y cuando sus hijos ofrecieron un sacrificio por su cuenta,
 el fuego resultó extraño a Dios
porque estaban sirviendo sin obediencia a la autoridad;
estaban asumiendo que podían hacer lo mismo sin autoridad.
Ellos no reconocieron al que tenía la autoridad de Dios.

 

           

La acción que estos dos hijos de Aarón estaban haciendo,
aparentemente no tenía nada de malo; al contrario,
parecía que era agradable ante los ojos humanos.
Su rebeldía consistió en que ellos tenían
que servir bajo la obediencia de su padre y lo hicieron independientemente,

a pesar de que Dios les había enseñado a servir en forma dependiente de Aarón;
no respetaron la autoridad de su padre;
no quisieron conformarse a la posición que Dios les había dado.

 

            Cuando servimos a Dios debemos de conocer su voluntad y hacerlo en obediencia a El, pues si lo hacemos por nuestra propia cuenta será parecido al fuego que ofrecieron Nadab y Abiú,
y será trabajo de hombres, y siempre este trabajo termina en muerte.

 

            El Nuevo Testamento nos dice como Bernabé, Pablo y Timoteo, Pedro y Marcos trabajaron juntos; unos tuvieron la responsabilidad cuando los demás estaban ayudándoles.
Dios no está buscando sacrificio de nuestra parte,
sino que mantengamos la autoridad;
por esto debemos aprender como sujetarnos a ella.
No hay lugar para servicio individual, ya que debemos servir en coordinación
con el equipo que Dios nos ha dado.

 

 

4-    LA REBELION DE AARON Y MARIA

Números 12

 

HABLAR EN CONTRA DE LA AUTORIDAD REPRESENTATIVA,
DESENCADENA LA IRA DIVINA.

 

                        Dios ordenó que Moisés sería el líder, pero este hizo algo que a su hermana no le gustó y por eso lo despreció, y habló contra él.
Aquí encontramos una de las formas en que la rebeldía se manifiesta por palabras: murmuraciones, críticas hacia aquellos que están en autoridad.
Los hermanos de Moisés hablaron indebidamente contra él.

 

            ¿Cuál fue la actitud de Moisés? Calló, porque sabía que la autoridad no necesita defensa.
Su actitud fue admirable y no discutió porque sabía que la autoridad no era de él;
sino que de Dios y que no era contra él que habían hablado, sino contra Dios.
El pecado contra la autoridad delegada por Dios, es pecado contra Dios.

Debemos estar sujetos no sólo a la autoridad directa de Dios, sino también a la autoridad representativa.

 

            Un principio importante que debemos aprender es el siguiente:
SOMETERSE A LA AUTORIDAD REPRESENTATIVA ES SOMETERSE A DIOS MISMO; REVELARSE CONTRA LA AUTORIDAD REPRESENTATIVA, ES REVELARSE CONTRA DIOS MISMO.
  El que tiene autoridad es manso, no es un dictador, tiene control sobre la crítica, ora por aquellos que le ofenden, nunca busca vengarse, tampoco busca defenderse; practica la humildad y ve a los que le acusan, con ojos de misericordia.

 

 

5-    LA REBELION DE CORE, DATÁN Y ABIRAN

Números 16

            Este ejemplo incluye levitas (Coré) que son los sacerdotes y a Datán y Abirán, que son los hijos de Rubén, representando a los líderes de la nación. Estos líderes se congregaron para rebelarse contra Aarón y Moisés, ellos no reconocieron que había autoridad en el pueblo de Dios.

 

            Este caso de rebeldía también se manifiesta con palabras.
La causa de la caída de éstos, fue la misma de Satanás y Adán quienes no quisieron ocupar la posición que Dios les
había dado, pues también
querían el sacerdocio.

La respuesta de Moisés fue la oración y contestó con espíritu de humildad
ya que según Números 16:5, respondió de una manera mansa y controlada.

 

            Ellos pensaban que hacían algo contra Moisés y Aarón solamente, no se dieron cuenta que se estaban revelando contra Dios mismo, Dios y su autoridad delegada son inseparables. No es posible mantener una actitud con Dios y otra con su autoridad delegada.

 

DIOS LIMPIA A SU GENTE DE REBELION

 

            Coré y sus compañeros recibieron el castigo de Dios, no el castigo de Moisés.

  La rebeldía es un principio del infierno, ilustrado por medio de la tierra cuando abrió su boca y los tres fueron consumidos y mandados al infierno.

 

LA OBEDIENCIA SIGUE A LA FE, NO A LA RAZON

 

            El hecho de hablar contra moisés porque no les había llevado a la tierra prometida, les daba la razón; pero también nos indica que estaban
caminando sin fe en la promesa de Dios. Cuando no caminamos en fe,
no podemos ver la autoridad de Dios en las decisiones que toman los que caminan en fe.

La autoridad no es un asunto que se reconozca por medio de instrucción,
sino por medio de revelación interna (de Dios).

 

 

LA REBELION SE CONTAGIA

 

En Números 16, hay dos ejemplos de rebelión:
del vers. 1 al 40 de los líderes y del vers. 41 al 50 de toda la congregación.
El castigo de los líderes no sirvió de ejemplo al resto de la gente.

 

            Ellos (la congregación) se rebelaron declarando que Moisés había matado a sus líderes; pero no era asunto de Moisés y Aarón, porque ellos no llamaron el fuego de Dios para que los consumiera; el fuego vino directamente de Dios.
Ellos usaban los ojos humanos y no entendieron que la autoridad venía de Dios; no tenían temor y por esto es peligroso no saber sobre la autoridad. Como consecuencia vino una plaga porque Dios no tiene paciencia cundo hay rebeldía contra su autoridad; El ya les había perdonado diez veces en el desierto sus pecados, pero cuando la rebelión viene, ya no la perdona porque es un principio de Satanás.

El pecado de rebeldía es más grave que los demás; cuando el hombre resiste a la autoridad, inmediatamente Dios juzga.

 

            Principio importante que debemos aprender: LA REBELION ES CONTAGIOSA; por esta razón no hay que darle cabida en nuestro corazón,
ni demos oídos a aquellos que quieren contagiarnos con ella;
seamos sabios, no nos prestemos a este juego de Satanás.

 

LAS MANIFESTACIONES DE LA REBELDIA DEL HOMBRE

 

La rebeldía del hombre se manifiesta en tres áreas:

EN PALABRAS, EN RAZONES Y EN PENSAMIENTOS.

 

EN PALABRAS

2ª De Pedro 2:10-12; Efesios 5:6; Judas 8-10; Mateo 12:34

 

A)        Las palabras son el desahogo del corazón. Un hombre rebelde pronto lo manifestará en palabras (“…de la abundancia del corazón habla la boca…”).
Como la rebeldía es actitud interna, sus palabras expresarán lo que siente.
Es difícil domar la lengua por lo que la rebeldía interna se manifestará pronto en palabras. La sociedad de hoy es rebelde,
pero
la iglesia debería ser obediente de corazón; Dios desea que se le obedezca de corazón.

 

B)                     Eva añadió descuidadamente a la palabra de Dios.
Eva añadió a la Palabra de Dios: “ni lo tocaréis” (Génesis 3:3). Dios dijo: “de todo árbol del huerto podrás comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás”.
Eva  a pesar de estar diariamente con Dios no reconoció su autoridad
y no le importó añadir más de lo que El había dicho.

 

C)          Cam divulgó el error de su padre. Esto nos prueba que Cam no estaba completamente sometido a la autoridad de su padre
y por esto aprovechó la oportunidad para divulgar su falta.
Así también hoy, hay muchos cristianos que por falta de amor, gozan criticando a los demás y pasan descubriendo sus faltas.
Esto es falta de amor y sujeción y es evidencia de rebeldía.               

 

D)         Maria y Aarón hablaron contra Moisés.
Esto demostró que ellos no conocían el respeto a la autoridad, porque cuando se conoce la autoridad, es como si se colocara un sello en la boca y se calman los problemas. Muchas dificultades son solucionadas cuando se reconoce la autoridad.
La rebeldía se manifiesta en palabras, no importa cuán graves o livianas sean dichas palabras, siempre son rebeldía

 

E)          Coré y su compañía atacaron a Moisés. En Números 16, Coré y sus 250 líderes atacaron a Moisés y le hicieron una acusación grave.
Maria en cambio también lo acusó; pero luego se arrepintió.
La acusación de Coré fue mas grave, porque
quería reconocer la autoridad de Dios pero no la de Moisés; y como hemos visto,
rechazar la autoridad delegada de Dios es lo mismo que rechazar a Dios.

 

F)     La rebeldía va ligada a la complacencia carnal.
El síntoma de aquellos que desprecian la autoridad, se ve inmediatamente por sus palabras ofensivas.
Es natural que una persona se reúna con los que tienen su misma naturaleza. La rebeldía y la carnalidad
son una sola cosa para Dios, siempre van juntas.

Los Ángeles que no se rebelaron mantuvieron su posición, así también
David mantuvo su posición al conocer exactamente que Saúl era el ungido de Dios.

Hay dos cosas por las cuales un cristiano pierde su poder:

 

1-     Por el pecado

2-    Por el desconocimiento de la autoridad

 

Cada vez que hablamos contra otro, perdemos poder y esto es mayor, cuando la desobediencia es manifestada en palabras que cuando está solo en el corazón.

Es verdad que ante Dios tanto los pensamientos como las palabras son igualmente juzgados como si fueran hechos:
aquel que concibe el mal, ya lo ha cometido.

Los pensamientos pueden ser cubiertos,
pero una vez que se pronuncia la palabra todo queda descubierto.

 

Los cristianos de hoy pierden poder no sólo por sus pensamientos
sino también por sus palabras, y aquel que no controla sus palabras no puede controlarse a si mismo.

 

G)         Las dificultades en la iglesia con frecuencia provienen de la calumnia.
El hablar descuidadamente es en gran parte la causa de romper
la unidad en la iglesia y la pérdida de poder.
Sólo una pequeña parte de los llamados problemas, realmente lo son;
la gran mayoría son causados por las mentiras y las calumnias.

Santiago 3:11 dice que de una misma boca proceden bendición y maldición.
¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
Esto no debe ser así; apartemos pues de nuestra boca y nuestro corazón las falsas palabras.

 

EN RAZONAMIENTO

Romanos 9:11- 24

 

            Debemos recordar que todo aquel que está en sujeción, está bajo autoridad y no bajo la razón.
La gente de este mundo se rige por la razón, si nosotros también nos dejamos guiar por la razón,
¿no estaremos actuando de la misma forma que ellos?

 

A) Para seguir al Señor es necesario liberarse de la razón. Si queremos seguir al Señor, debemos dejar fuera los ojos de la razón.
¿Qué es lo que nos gobierna: la razón o la autoridad?

Cuando la luz de Dios nos ilumina quedamos
tan enceguecidos por esa luz que la razón desaparece.
Aquellos a quienes Dios ha colocado en autoridad,
son guiados por caminos que no son razonamientos
o argumentación porque la razón es la causa de la rebelión.

 

Debemos vivir: en obediencia a Dios o por nuestra razón; nunca podremos juntarlas; la vida del Señor en la tierra fue completamente fuera de la razón, porque
El estaba sometido a la autoridad de Dios,
y nunca argumento, ni pregunto, solamente obedeció.
Los que realmente conocen a Dios, le obedecen sin argumentar.

Entre más nos sometemos a la autoridad, más simple y sencilla será nuestra vida.

 

            B) Dios nunca discute. Dios tiene la autoridad para hacer lo que quiera. Nosotros no podemos seguirle y al mismo tiempo estar argumentándole y exigiéndole razones.
Si deseamos servirle no debemos argumentar, solamente obedecerle. No debemos interferir con nuestros argumentos y tratar de ser sus consejeros.

En Romanos 9:19 podríamos encontrar un buen argumento, pero Pablo lo contesta diciendo: “¿Quién eres tu para que alterques con Dios?” Cuando Dios ejercita la autoridad no tiene necesidad de consultarnos, ni de buscar nuestra aprobación.

Si la Biblia fuera un libro de argumentos ciertamente exigiríamos razones para todo, pero Romanos 9, abre la ventana del cielo y su luz llega a nosotros al decir:
¿Quién eres tú?

 

C) La gloria de Dios libera la razón. Solamente cuando reconocemos la autoridad de Dios nos damos cuenta de que somos solamente seres creados por El,
¿Cómo entonces podré dirigirme a El con palabras razonadas?
Un solo vistazo de su gloria nos pondría de rodillas y haría que echáramos lejos nuestros razonamientos.
Solo aquellos que viven en tinieblas, viven en base a la razón.
Si el Señor permitiera ver un poco de su gloria y de su luz
quedaríamos como muertos, como le pasó a Juan.

 Si la reina del sur quedó maravillada al ver la gloria de Salomón, cuanto más nosotros que estamos con Uno que es mucho mayor que Salomón.
  La razón entró en la humanidad desde el pecado de Adán.

 

D) “Yo soy el Señor, tu Dios”. Esta es la razón. En Levítico, capítulos 18 al 22,
cada vez que Dios ordena algo al pueblo de Israel le dice:
“Yo soy Jehová, vuestro Dios”, esto significa que Dios habla porque El es Dios
y Señor, y no necesita dar ninguna explicación.
La única razón es que El es El Señor. Si entendemos esto, nunca más tendríamos problemas con seguir razonando.

 

Cuando Dios hace algo, El no está en la obligación de decirnos la razón; porque sus caminos son más altos que los nuestros. Si trajéramos a Dios al razonamiento lo perderíamos, porque lo haríamos como uno de nosotros. En el razonamiento no hay adoración. Tan pronto como desaparece la obediencia, desaparece la adoración.

Que la gloriosa aparición de Señor, ponga fin a todo nuestro razonamiento.

 

EN PENSAMIENTO

2ª Corintios 10:4-6

 

A) El vínculo entre la razón y el pensamiento. Las palabras de rebeldía provienen del razonamiento, y este proviene de los pensamientos; aquí está el centro de la rebeldía. En 2ª Corintios 10:5 nos dice que llevemos cautivos todo pensamiento a la obediencia a Cristo; esto sugiere que la rebeldía está básicamente en el pensamiento.

 

¿Cuándo una persona está sometida a la autoridad? Cuando sus palabras, razonamientos, han sido derrotados. Cuando ya no se piensa independiente de Cristo, entonces se puede decir que le está obedeciendo; esta es la total liberación. Consecuentemente si hemos sido cautivados por Cristo, estaremos dispuestos a aceptar los mandatos de Dios y no a ofrecer nuestro concejo y ayuda a El.

 

C)    Advertencias a los obstinados.

 

1- Pablo: como hombre natural era una persona hábil, capacitada y sabia. Encontraba siempre algo que hacer, era confiable y servía a Dios con entusiasmo (aparentemente); pero cuando iba a Damasco una luz muy brillante lo tiro al suelo, y allí se disolvieron todas sus intensiones y habilidades. Ni regresó a Tarso ni a Jerusalén. Así Pablo perdió todo y sólo pudo decir: “¿Qué haré Señor?”. De allí en adelante todo lo que el decía era en la autoridad de Dios, pues él perdió sus opiniones.

La primera evidencia de que uno se ha encontrado con Dios, es la desaparición de las opiniones y habilidades propias.

 

2- El rey Saúl: fue rechazado por Dios por no haber obedecido en todo, a pesar de que lo mejor de las ovejas y carneros que había reservado, era para ofrecerlos en sacrificio a Dios. Pero esto venía de su propia opinión y sus propios pensamientos de cómo agradar a Dios. Pero fue rechazado por Dios, porque sus pensamientos no se sujetaron a El; Saúl hizo la decisión de acuerdo a sus propios pensamientos (1ª Samuel 15). Por eso Samuel le dice: Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios.

 

3- Nadab y Abiú: Ellos pecaron por querer hacer el sacrificio sin la autoridad de su padre. También quisieron llevar a cabo sus propios pensamientos y pecaron contra Dios. Ellos no pronunciaron ninguna palabra, ni tampoco ofrecieron razonamiento, pero sus pensamientos fueron contra la autoridad de Dios.

 

D)   El testimonio del Reino vino a través de la obediencia.

 

Dios no está interesado en saber con que ferviente disposición predicamos de

El, está más interesado en saber como somos de obedientes.

Satanás no tiene temor de nuestro trabajo cuando actuamos bajo el principio de la rebelión; se ríe en secreto cuando ve que hacemos las cosas guiadas por nuestros propios pensamientos.

 

A pesar de que el hijo fue el primer fruto de la obediencia, Dios espera que muchos otros hijos sean como Cristo He. 5:8-9.

La perfecta obediencia sólo se consigue cuando nuestros pensamientos son recapturados y están en perfecta obediencia a Dios.

 

¿Cómo podemos esperar que el mundo sea obediente, si la misma iglesia no obedece? Una iglesia desobediente no puede esperar que sus miembros obedezcan el evangelio. Debemos aprender a aceptar la disciplina de nuestra boca, nuestra mente y nuestros corazones, para no querer aconsejar a Dios. Así Dios manifestará su autoridad en la tierra.

 

 

EJEMPLOS DE PERSONAS QUE CONOCIERON LA AUTORIDAD DE DIOS

 

EL REY DAVID.

1ª Samuel 24:4-6

1ª Samuel 26:9-11

2ª Samuel 1:14

 

DAVID NO OBTUVO EL TRONO POR MEDIO DE LA REBELION

 

Dios inauguró su autoridad en la tierra cuando estableció el pueblo de Israel, después  que el pueblo judío entró en Canaán, le pidieron un rey; Dios nombró a Saúl como su autoridad delegada, pero desafortunadamente éste desobedeció la autoridad de Dios; entonces quedó David como candidato, a pesar que estaba bajo la autoridad de Saúl. Aunque los hombres que estaban con David le aconsejaron matar a Saúl, él no lo hizo y dijo que no alzaría su mano contra la autoridad.

 

¿No tenía David el derecho de hacerlo, ya que estaba en los planes de Dios que él fuera rey? ¿No debería David ayudarse así mismo para tomar el trono? ¿No seria una buena manera de cumplir la voluntad de Dios?; sin embargo, él vio que eso no era lo correcto, porque era rebelarse contra la autoridad de Dios. Por esto demoró tantos años en conseguir el trono, pero David quería hacerlo así, en lugar de ser una persona rebelde.

 

Si vamos a servir a Dios es absolutamente necesario que estemos sometidos a la autoridad puesta por Dios. Los pequeños actos de rebeldía son condenados, porque todos se originan en un espíritu rebelde.

 

David conocía la autoridad de Dios en su corazón; esto nos dice algo importante: la sujeción a la autoridad no es estar sujetos a una persona, sino a la autoridad que esa persona tiene, la cual viene de Dios. Es verdad que Saúl desobedeció a Dios, pero esto era un asunto entre Dios y Saúl. La responsabilidad de David ante Dios era someterse a la autoridad delegada por Dios en Saúl, y por esto se dirigía a él como “mi Señor”.

 

David fue temeroso a la autoridad; él reconoció la autoridad de Dios en Saúl a pesar de los errores que este cometió.

 

¿Qué dijo Dios de David? Dios lo reconoció como un hombre que siempre mantuvo la autoridad de Dios; como consecuencia su reino se mantiene hasta el día de hoy, ya que nuestro Señor Jesucristo es descendiente de él.

David fue temeroso y sensible a la autoridad, esperó mejor en el Señor, siempre tuvo el cuidado de no dar cabida a la rebeldía en su corazón. Esta misma actitud debemos tener nosotros; no lo hagamos por la persona en sí, sino por lo que representa.

 

Solamente aquellos que se someten a la autoridad, pueden ejercer autoridad.

Debemos sacar todas las raíces de rebelión que haya en nosotros; es absolutamente esencial que estemos sometidos a la autoridad, antes de que podamos ejercer autoridad. La iglesia existe por la obediencia, ella no está temerosa de los débiles, sino de los rebeldes. Debemos someternos a la autoridad de Dios de todo corazón, para que así la iglesia pueda ser bendecida.

 

 

JESUCRISTO APRENDIO OBEDIENCIA

Filipenses 2:5-11

Hebreos 2:7-9

 

EL SEÑOR INICIO LA OBEDIENCIA

 

La Biblia nos enseña que el Señor Jesús y el Padre son uno. La gloria que Dios tenía en el principio, era también la gloria del Hijo y tenían igual poder y posesión. Solo hay diferencia en persona; por eso la Biblia dice que “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó ser igual a Dios como cosa a que aferrarse” Fil.2:6

 

El Padre se convierte en el emblema de la autoridad, mientras Cristo asume el símbolo de la obediencia.

 

Jesucristo originalmente tenía la misma gloria y autoridad con el Padre; pero cuando vino al mundo se despojó de la autoridad y en su lugar tomó la obediencia.

 

 

SER LLENOS DE CRISTO ES SER LLENOS DE SU OBEDIENCIA.

 

Así como el Señor inició la obediencia, el Padre se convierte en la cabeza de Cristo. Según esto, tanto la autoridad como la obediencia han sido instituidas por Dios, y los que conocen a Dios y a Cristo, deben obedecer.

 

Sólo aquellos que no conocen ni a Dios ni a Cristo no saben lo que es autoridad, ni obediencia. Cristo es el principio de la obediencia. Aquel que acepta a Cristo, acepta el principio de la obediencia, y todo aquel que es lleno de Cristo, es por lo tanto lleno de obediencia.

 

Sin embargo mucha gente pregunta: ¿Por qué debo obedecer? ¿Si tú y yo somos hermanos, porqué debo obedecerte? Pero no estamos llamados a hacernos esta clase de preguntas; sólo el Señor puede hacer esta pregunta; y sin embargo no la hizo.

 

Cristo representa la obediencia, que es tan perfecta así como la autoridad de Dios es perfecta. Que Dios tenga misericordia de aquellos que dicen conocer la autoridad, mientras la obediencia esta desapareciendo de sus vidas.

 

Cristo fue obediente como hombre y debemos tenerlo como nuestro ejemplo,

para reafirmar la autoridad de Dios, pero es triste saber que hay muchos cristianos que todavía no han aprendido a obedecer.

 

 

EL EVANGELIO NOS LLAMA NO SOLO A CREER, SINO TAMBIEN A OBEDECER

 

Dios nos llama a creer para salvación, pero también tiene un propósito para cada uno después de obtener la salvación y por esto debemos obedecerle y establecer así su autoridad en la tierra.

 

Por medio de la iglesia, las naciones se convierten al reino de Dios; es el vehículo que Dios usa. La iglesia debe obedecer la autoridad de Dios.

Si la obra de Dios en la tierra tarda demasiado, es por culpa de la iglesia, ya que sus problemas de rebelión en sus miembros impiden el progreso del Plan de Dios.

 

 

DEBEMOS OBEDECER A LA AUTORIDAD DELEGADA

 

Estas autoridades son instituidas por Dios:

 

1.      EN EL MUNDO: Romanos 13:1 y 1ª Pedro  2:13-14; 17

Dios ha establecido el sistema de autoridad en todo el mundo, cuando encontremos autoridad hay que ver a Dios en ella, no importa que el mundo no conozca a Dios, de todos modos tenemos que someternos y así seguir el ejemplo de Jesús. Mateo 22:17-21

 

2.      EN LA FAMILIA: Efesios 5:22; 6:1-3; Colosenses 3:20

También Dios estableció su autoridad en el hogar cuando dijo que el esposo es la autoridad delegada por Cristo, y la esposa representa a la iglesia; la cual debe estar sujeta. Por descuidar este principio muchos hogares tienen problemas (cuando la esposa no reconoce la autoridad de su esposo y los hijos no reconocen la autoridad en sus padres).

 

3.      EN LA IGLESIA: 1ª De Tesalonicenses 5:12-13; 1ª de Timoteo 5:17; Hebreos 13:17

Dios ordenó que los líderes sean obedecidos por los miembros de la Iglesia. No obedecemos en sí a la persona sino a Dios,

RECHAZAR LA AUTORIDAD DELEGADA ES UNA OFENSA AL SEÑOR.

 

 

LA AUTORIDAD ESTA BASADA EN SANTIFICACION

 

La autoridad está basada en la santificación. Si su deseo es vivir entre las multitudes, usted no podrá ejercer autoridad. Entre más alto grado de autoridad, mayor será la separación. Para poder servir a Dios debemos estar dispuestos a pagar el precio. El Señor Jesús podía hacer todo lo que quisiera, pero a causa de sus discípulos se santificó así mismo.

 

 

LAS CONDICIONES PARA SER AUTORIDAD DELEGADA

 

Efesios 5:22, 25, 28,33                              1ª de Timoteo 3:4-6

Efesios 6: 1, 4,9                                          Tito 2:15

Salmos 82:1-2                                             1ª de Timoteo 4:12

Tito 1:6-8                                                     1ª de Pedro 2:21

 

Las autoridades establecidas por Dios en la familia son:

 

Los padres en relación con los hijos; los esposos, en relación con sus esposas; los amos (Patrones), en relación con los siervos (Empleados).

 

En el mundo las autoridades son: los reyes en relación a sus súbditos; los gobernantes en relación a sus subordinados.

 

En la Iglesia son: pastoresdiáconosmaestros y obreros en relación con los hijos de Dios.

 

1.      ESPOSOS:

La Biblia enseña que las esposas deben someterse a sus esposos, pero los esposos deben ejercer autoridad con una condición: se les exhorta tres veces en Efesios, amar a sus esposas como así mismos. El amor de Cristo a la Iglesia es ejemplo del amor del esposo a la esposa.

 

2.      PADRES:

Indudablemente los hijos deben obedecer a sus padres. Aún así, la autoridad de los padres también tiene responsabilidad.

La escritura dice: “Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos”. A pesar de que ellos tienen autoridad, necesitan aprender a controlarse así mismos ante Dios. El propósito de la autoridad de los padres sobre los hijos es el de disciplinarlos y amonestarlos en el Señor para educarlos y protegerlos con amor.

 

3.      AMOS (JEFES):

Los amos tampoco deben maltratar o provocar a sus siervos (Empleados o subalternos). Dios no permite que su autoridad delegada actúe temperamentalmente. Ellos deben tener el temor de Dios, pues ellos mismos están bajo autoridad. (Efesios 6:9)

 

A medida que una persona conoce más sobre autoridad, es menos arrogante. Las actitudes indispensables de aquellos en autoridad son: amabilidad y amor. Si alguien amenaza o juzga a otro, pronto recibirá el juicio de Dios.

 

4. GOBERNANTES:

Debemos someternos a las autoridades existentes. De acuerdo al Nuevo Testamento parece que Dios no tiene intención de que los cristianos sean los gobernantes de este siglo. Sin embargo, en el Antiguo Testamento vemos que las condiciones de gobernantes son: rectitud, imparcialidad, justicia y cuidado por el pobre.

 

 

5. PASTORES:

Los pastores son la autoridad delegada ante la congregación local.

Una de las cualidades esenciales de los pastores está mencionada en Tito 1:7 Autocontrol. Deben saber obedecer para ser ejemplo a otro.

Dios nunca permite que un pastor sea de aquellos que les gusta el primer lugar, como Diotrefes; (en 3ª de Juan 9-10). En 1ª de Timoteo 3:4 vemos otra cualidad esencial: deben gobernar bien su casa. Se refiere a los hijos: mantenerlos sumisos y respetuosos en todo sentido.

Otro requisito de un pastor es: no debe ser presumido,  porque todo aquel que es conciente de su autoridad no es apto para estar en autoridad; por esto no es recomendable que un recién convertido sea elegido pastor.

 

“REPRESENTAR AUTORIDAD ES REPRESENTAR A DIOS”

“PARA ESTAR EN AUTORIDAD, SE DEBE DAR EJEMPLO EN TODO”

 

 

DIOS RESPETA SU AUTORIDAD DELEGADA.

 

Dios siempre es fiel con los que representan su autoridad; y cuando sus representantes se equivocan, es sólo Dios quien los juzga, y no permite que los que están bajo su autoridad delegada digan algo contra sus delegados.

 

Una excepción se encuentra en el Nuevo Testamento cuando Pedro responde diciendo que es menester obedecer primero a Dios antes que a los hombres, en cuanto a la predicación de Cristo. Esto se debió a que la autoridad delgada en este caso, estaba violando el mandato de Dios.

Esta declaración tan particular de Pedro, sólo puede ser dado en situaciones especiales. En todas las demás circunstancias debemos aprender a obedecer a la autoridad delegada. Nunca llegaremos a la obediencia por medio de la rebelión.

 

 

LA AUTORIDAD ENCUENTRA SU MAXIMA EXPRESION EN EL CUERPO (LA IGLESIA)

 

La máxima expresión de la autoridad de Dios la encontramos en el cuerpo de Cristo, su Iglesia; a pesar de que Dios ha establecido el proceso de autoridad, ésta no es perfecta en las relaciones de leyes y gentes, padres é hijos, esposos y esposas, amos y siervos, porque todas estas son instituciones y siempre hay la posibilidad que la subordinación no sea de corazón.

 

Solamente la relación entre Cristo y la Iglesia, puede expresar al máximo tanto la autoridad como la obediencia; porque Dios no ha constituido la iglesia para que sea una institución, sino que le ha ordenado ser el cuerpo de Cristo.

 

Muchas veces pensamos en la Iglesia sólo como un conjunto de personas con la misma fe, que viven en amor; pero es más que eso. La Iglesia es el cuerpo de Cristo, y Cristo es la cabeza de ella; o sea, que no pueden estar separados.

 

En el mundo, los padres pueden abusar de su autoridad con los hijos; los gobiernos pueden emitir leyes erróneas y los amos pueden maltratar a sus siervos. De esta manera la autoridad no es perfecta; pero Dios desea que su autoridad y la obediencia a Cristo por parte de su Iglesia, sean perfectas. Tan pronto como la cabeza concibe una idea, los dedos se mueven naturalmentearmoniosamente, y esa es la intención de Dios para nosotros, que estemos en perfecta obediencia. Dios no estará satisfecho hasta que este mismo grado de obediencia se vea en el cuerpo (Iglesia) y la cabeza /Jesucristo).

 

 

Dios está tratando de establecer su autoridad en el universo, y la única manera de hacerlo es por medio de su Iglesia. Así que sobre nuestras espaldas está la responsabilidad de manifestar su autoridad.

 

 

 

LA VIDA HACE LA OBEDIENCIA SENCILLA

 

Para el mundo, el obedecer es difícil, así como lo fue para los israelitas, porque no tienen lazo alguno con la vida; pero para nosotros que tenemos la vida, el desobedecer debería ser lo difícil; esto resulta porque hay alguien en nuestro interior, el Espíritu Santo, que nos dirige y controla en todo. Debemos estar felices y tranquilos al someternos a la autoridad de Dios.

 

El Señor nos llama a aprender obediencia en el cuerpo (La Iglesia), en el hogar y en el mundo; pero si la aprendemos en la Iglesia, no deberíamos tener dificultades en las otras

 

áreas. Es en la Iglesia donde se aprende la obediencia. La cabeza y los miembros se encuentran en la Iglesia; sino aprendemos obediencia allí, no la aprenderemos en ninguna otra parte.

 

 

 

Definición de sumisión y Obediencia.

 

La Sumisión es una actitud del corazón y la Obediencia tiene que ver con la conducta, el comportamiento.

 

Según Hechos 4:19, Pedro y Juan no fueron rebeldes, no tenían un espíritu de rebeldía en su corazón, estaban sujetos a ellos como autoridad. La obediencia a la autoridad delegada es relativa, no siempre se tiene que obedecer; no es absoluta.

 

CUANDO SE NOS MANDE HACER ALGO QUE VA ENCONTRA DE LOS MANDAMIENTOS DEL SEÑOR, NO TENEMOS PORQUE OBEDECER; ESTO NO ES REBELDIA, YA QUE EN EL CORAZON ESTAMOS SUJETOS.

 

La sumisión es absoluta, pero la obediencia es relativa; la obediencia a la voluntad de Dios es siempre absoluta.

 

El que conoce la autoridad debe portarse calmado y tranquilo y estará absolutamente en sumisión, tanto de actitud como de palabras.

No habrá señales de carnalidad ni de rebeldía.

Cuando las autoridades delegadas (representantes de Dios) o la autoridad directa (Dios mismo) están en conflicto, podemos mantener la sumisión, pero no obedecer a dichas autoridades delegadas.

 

 

 

 

Lecciones aplicables.

 

1.      La obediencia es un asunto de conducta: es relativa, no siempre se obedece.

2.      La sumisión está relacionada con la actitud del corazón: es siempre absoluta.

3.      Solamente Dios debe recibir obediencia absoluta, sin medida.

4.      Si alguna autoridad delegada da una orden en contra de los mandamientos del Señor, debe recibir sumisión (actitud del corazón), pero no obediencia.

 

 

 

La medida de la obediencia a la autoridad delegada

 

Hebreos 11:23; Mateo 2:13; Hechos 5:29; Éxodo 1:17; Daniel 3:14-18; 6:10.

Ejemplos de medidas de obediencia a la autoridad delegada:

 

A.    Las parteras: Éxodo 1:15-21

B.     Los tres amigos de Daniel: Daniel 3:14-18

C.     Daniel. Daniel 6:4-23

D.    Pedro: Hechos 5: 27-33

 

CARACTERISTICAS INDISPENSABLES DE LA PERSONA OBEDIENTE

 

¿Cómo podemos saber si una persona es obediente a la autoridad?

Hay cinco características principales:

 

1.                 La persona que conoce la autoridad de Dios, tratará siempre de buscar la autoridad en el lugar a donde vaya. Si ya ha aprendido la obediencia en la Iglesia, automáticamente buscará autoridad en el lugar donde esté.

 

2.                 La persona que conoce la autoridad de Dios, es tierna y suave; por temor a cometer algún error, se porta con templanza.

 

3.                 La persona que realmente ha conocido la autoridad, no le gusta estar en autoridad; no tiene ni el pensamiento, ni el interés de llegar a estar en autoridad. No se deleita en controlar a otros.

La perfecta obediencia siempre teme cometer errores. El que piensa que es autoridad, no es digno de ser autoridad; a mayor autoridad que se posee, menor conciencia se debe tener de ella.

 

4.                 Es una persona que mantiene su boca cerrada, pues sabe que si habla mucho y descuidadamente, puede cometer faltas contra la autoridad y por esto hay en el una sensibilidad hacia la autoridad.

 

5.                 Es una persona sensitiva a cada acto de rebeldía que se comete a su alrededor; ve los actos de rebeldía que se cometen en el mundo y en la Iglesia. Esta persona es la más llamada a enseñar a otros la obediencia.

 

 

TRES REQUISITOS DE LA AUTORIDAD DELEGADA

 

A pesar de que Dios sostiene el universo por su autoridad, El une a sus hijos por medio de la autoridad. Si alguno de sus hijos quiere estar independiente, y ser autosuficiente, y no sujeto a la autoridad delegada de Dios, esta persona no está colaborando con el plan de Dios en la Tierra. Cada  uno de nosotros debe buscar a quien obedecer, para estar bien coordinado con otros; muchos hemos fallado en este punto.

 

Hay en la iglesia muchas autoridades delegadas a quienes debemos someternos. Sometiéndonos a ellas, nos sometemos a Dios; no estamos llamados a escoger a quien someternos, sino aprender a obedecer. No hay nadie que sea autoridad delegada por Dios, sin antes haber aprendido a estar bajo autoridad; nadie puede ejercer autoridad, hasta que su propia rebeldía haya sido quebrantada.

 

Requisitos:

 

1.      Debe saber que toda autoridad proviene de Dios: Romanos 13:1.

La persona no es en sí la autoridad; sus opiniones, ideas, pensamientos, no son mejores que los de otros. Sólo lo que viene de Dios constituye autoridad y demanda obediencia del hombre.

Una autoridad delegada representa la autoridad de Dios, nunca asume que la persona sea la autoridad.

 

2.      Debe negarse a si mismo.

Hasta no llegar a conocer la voluntad de Dios, uno debe mantener su boca cerrada.

Dios nunca podrá usar una persona llena de opiniones, ideas y pensamientos a menos que sea completamente quebrantada por el Señor. Dios nos llama a representar su autoridad no a sustituirla.

Este requisito no quiere decir que para ser usado por Dios, la persona debe ser reducida a no tener opiniones, ni pensamientos ni juicios: lo que no debemos es considerarnos ser Cortes Supremas de Justicia, el que así lo haga, será considerado incalificado para estar en autoridad.

 

3.      Debe mantenerse en constante comunicación con Dios.

Debe haber no sólo comunicación, sino también comunión. Mientras más cerca estamos del Señor, más claramente veremos nuestras faltas. El temor de Dios es una virtud que sólo poseen aquellos que siempre esperan en el Señor. La comunión significa vivir en la presencia de Dios continuamente, y no de vez en cuando.

Conclusión: Como toda autoridad proviene de Dios, nosotros somos sólo representantes; como la autoridad viene de Dios debemos vivir en comunión con El; cuando cesa la comunión, cesa también la autoridad.

Nunca debemos tratar de establecer nuestra propia autoridad, si en realidad tenemos autoridad que viene de Dios, no debemos tratar de imponerla a los demás; pues si desobedecen lo hacen a Dios y no a nosotros.

 

A pesar de que David había sido señalado por Dios para ser rey, por muchos años él permaneció bajo órdenes de Saúl. El no se preocupó por establecer su propia autoridad. Por esta razón no es placentero escuchar a los esposos decir: “Yo soy la autoridad establecida por Dios”. Si Dios le ha escogido para estar en y ejercer autoridad, debe recibirla con humildad.

 

 

CUALIDADES DE LAS PERSONAS QUE ESTAN EN LA AUTORIDAD DELEGADA

 

Ninguna autoridad delegada por Dios en el A.T., es mayor que aquella dada a Moisés, por esto le usamos como ejemplo.

 

1.      No escuchar palabras calumniosas: Números 12.

Cuando Aarón y María hablaron en contra de Moisés, éste ni siquiera  puso atención a las palabras de aquellos. La Biblia simplemente nos dice que “Jehová lo oyó”; fue como si Moisés nunca hubiera escuchado las palabras de los que hablaron contra él. Aquí encontramos a un hombre que no fue impresionado por las palabras de los demás.

 

2.      No auto defenderse: Moisés no lo hizo.

La defensa debe venir de Dios, no de nosotros mismos. Nadie en la tierra tuvo más autoridad que Cristo; sin embargo, El no se defendió así mismo. La autoridad y la autodefensa son incompatibles. Cuando alguien trata de justificarse pierde la autoridad.

 

3.      Tener una actitud de siervo.

Ser siervo de Dios significa que pertenezco a El, soy su posesión; he sido vendido a El, y por consiguiente he perdido mi libertad. Siervo es dejar de ser alguien para llegar a ser nadie; es alguien cuya voluntad está sometida a la voluntad de otro.

Números 12:2 nos dice que Dios oyó la acusación y el versículo 4 nos dice que Dios tomó acción; pero en medio de los dos está el versículo 3 que dice: “Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”.

Aquellos que Dios coloca en autoridad son mansos y dóciles.

 

La gente erróneamente a menudo cree que las cualidades para estar en autoridad son: personalidad fuerte, buena apariencia, tener poder, poseer ideas claras y labios elocuentes, personas engrandecidas; pero no es así. Nadie en el A.T. sobrepasó a Moisés como autoridad establecida por Dios, a pesar que era el más manso de todos los hombres. Cuando estuvo en Egipto era fuerte, dominante, porque actuaba en la carne; pero después de pasar por muchas dificultades; a medida que caminaba con Dios, se volvió manso y entonces fue usado para ser autoridad.

4.      No tener sentimientos personales.

En Números 12:8 preguntó Dios: ¿Porque no tuviste temor de hablar contra mi siervo Moisés?, pues para El lo que ellos habían hecho era terrible. Aquí vemos como Dios defiende su autoridad, no la de Moisés. El no le preguntó porque habían hablado contra Moisés, sino contra su siervo Moisés.

 

Mientras esto sucedía, Moisés no abrió su boca, permaneció en silencio como si fuera espectador, no murmuró ni reprobó. No tenía sentimientos personales, ni opinión propia; tan pronto el propósito de Dios fue cumplido, Moisés olvidó rápidamente lo sucedido, por eso exclamó en versículo 13 “Te ruego, oh Dios que la sanes ahora”. Esto nos enseña que la autoridad es colocada para ejecutar órdenes de Dios y no para autovalorarse. Ser autoridad delegada por Dios no es cosa tan fácil, porque requiere estar vacío de uno mismo (no tener sentimientos personales).

 

 

EL CARÁCTER DE LA AUTORIDAD DELEGADA

 

1.      Misericordia: Números 16: 4

Misericordia significa: bondad, compasión, gracia, benevolencia.

La primera reacción de Moisés ante la rebelión fue de misericordia: se postró sobre su rostro (Números 16:4). El hecho de postrarse sobre su rostro demostró una vez más que estaba vacío de sentimientos personales y luego les dijo en el versículo 5 que no tenía necesidad de defenderse así mismo, porque Dios lo haría por él.

 

2.      Exhortación y Restauración: Números 16:8-12

Moisés exhortó a Coré con palabras de restauración. El conocía la  seriedad del asunto y estaba realmente preocupado por los rebeldes. La exhortación (animar, estimular al débil) implica mansedumbre, porque persuade en lugar de atacar. El no exhortar en una situación como esta, demostraría falta de humildad.

 

Moisés trató con los rebeldes por separado (versículo 12). La respuesta negativa de ellos demuestra que habían roto definitivamente con Moisés. Esto nos enseña que aquel que representa autoridad busca siempre la restauración, no la división, aún si es rechazado. En el versículo 22 continúa intercediendo por la congregación y finalmente Dios toma acción.

 

3.      No tener espíritu de juicio.

Mientras Dios preparaba el juicio para los rebeldes, Moisés dijo claramente: “En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad” (versículo 28). En ningún momento Moisés tuvo intención de juzgarlos, sino que dejó esto en manos de Dios; por esto en el versículo 30, Dios obró un gran juicio para demostrar la autoridad que El había delegado en Moisés.

 

4.      Intercesión y Expiación.

A pesar de lo sucedido el día anterior, el pueblo volvía a murmurar (versículo 41). La condición interna de los rebeldes permanecía igual; pues no habían encontrado la gracia de Dios. Humanamente hablando, Moisés debería estar muy enojado por el ataque; pero la reacción de Dios vino más velozmente que la de Moisés y Aarón (versículo 42). A pesar de esto, ellos volvieron a postrarse sobre su rostro por tercera vez (versículo 45) e hicieron expiación por la congregación (versículo 46). La plaga ya había comenzado y ahora Aarón se colocaba entre la muerte y la vida, de manera que cesó la plaga.

 

Si ellos no hubieran actuado de prisa, seguramente más personas habrían muerto (vr. 49).

 

La manera como alguien reacciona, demuestra que clase de persona es. Muchos piensan sólo en si mismo, pero el siervo fiel se olvida de si mismo y piensa en las demás personas. Dejemos que sea Dios quien juzgue; pues el carácter de aquel que está en autoridad, es misericordioso.

 

LA BASE DE LA AUTORIDAD DELEGADA ES LA VIDA DE RESURRECCION.

 

El capitulo 17 de Números relata como Dios mandó que cada uno tomara una vara (cada tribu). Estas varas son ejemplo de la muerte y sequedad, pues no tenían raíces, ni hojas, ni flores, ni frutos; pero Dios dijo que la vara que floreciera sería la escogida por El. Esto demuestra que la resurrección es la base para la elección y para la autoridad.

 

En el capitulo 16 la gente se reveló contra la autoridad delegada, en el 17, Dios confirma la autoridad de su escogido y lo hace por medio de la resurrección, pues contra esto ya nadie puede murmurar ya que no es cosa de hombres, sino de Dios.

 

Naturalmente Aarón y todos los israelitas, descendían de Adán; así las doce varas eran iguales entre si, sin vida, muertas. La base del ministerio está en recibir una vida de resurrección.

La autoridad no depende de la persona, sino de la vida de resurrección; Aarón no era diferente a los demás, excepto en que Dios lo había escogido.

 

La vara indica la posición del hombre, pero el hecho de retoñar indica vida de resurrección. Antes Aarón estaba en la misma posición de los líderes de las once tribus y no tenía autoridad sobre ellos; pero al retoñar su vara, era señal de ser escogido por Dios. Esto es vida por encima de la muerte, por esto decimos que la resurrección es la piedra de tropiezo, porque ante ella nadie puede argumentar.

La autoridad no depende de la posición de liderazgo, sino de la experiencia de muerte y resurrección, en base a la gracia y elección de Dios, la cual no da cabida al orgullo.

 

 

¿QUE ES LA RESURRECCION?

Resurrección significa que está fuera de lo natural, es lo que yo no puedo hacer, porque está fuera de mis capacidades, pero que Dios sí puede hacer.

Que absurdo y necio hubiera sido Aarón si hubiera tratado de hacer retoñar su vara; aunque le hubiera dibujado flores de colores no hubiera revivido. Si tenemos alguna autoridad, debemos confesar que es obra de Dios, no nuestra.

 

 

LA RESURRECCION ES REGLA PERMANENTE DE SERVICIO

 

Dios hizo devolver todas las varas a sus respectivos dueños, pero la de Aarón debería permanecer en el arca como memorial eterno.

Esto indica que la resurrección es señal permanente de servicio, y a menos que el servicio haya pasado de la muerte a la resurrección, no es aceptado por Dios.

 

Pablo expresa en 2ª de Corintios capítulos 4 y 5 el punto principal de su ministerio, el cual es MUERTE Y RESURRECCIÓN. En nosotros sólo hay muerte, pero en el Señor está la resurrección.

Para ser autoridad delegada por Dios no sólo debemos tener una vida de resurrección sino también retoñarflorecer y dar fruto hasta llegar a la madurez.

 

 

MAL USO DE LA AUTORIDAD Y EL GOBIERNO DISCIPLINARIO DE DIOS

 

Números 20: 2-3; 7-13

Números 20: 23-28

Deuteronomio 32: 48-52

 

1.      La autoridad delegada debe santificar a Dios.

Después de 30 años en el desierto, el pueblo ya había olvidado las lecciones que aprendió en su rebelión.

Llegaron al desierto de Zin y como no había agua, murmuraron. Dios no se enojó; sólo mandó a Moisés que tomara la vara y hablara a la roca;

Moisés tomó la vara, símbolo de la autoridad de Dios, en sus manos; pero fue tan provocado por el enojo del pueblo que los llamó ¨rebeldes¨ y golpeó la roca. Aunque Moisés erró, el agua todavía brotó. (vrs. 10-11).

Dios reprendió a moisés (versículo 12). “…no creísteis en mi para  santificarme delante de los hijos de Israel”. De si mismo Moisés tuvo espíritu incorrecto: “Ví a mi pueblo con sed, y estaba dispuesto a darles  agua, ¿porqué les regañaste? Dios no regañó a la gente, Moisés lo hizo.

Moisés dio al pueblo una imagen equivocada de Dios, como si a Dios le faltara gracia.

 

2.      Ser autoridad es representar a Dios.

En ira o en misericordia, la autoridad debe ser igual a Dios.

Si estando en autoridad nos equivocamos, debemos reconocer que es nuestro error y no de Dios. Nunca debemos involucrar a Dios en nuestros errores. Porque Moisés mal representó a Dios, tenía que ser juzgado. Si  alguien en autoridad mal representa a Dios y no lo confiesa, Dios tiene que vindicarse.

Así Dios mostró que eso fue de Moisés y no de El. El pueblo murmuró y se reveló y Dios no lo juzgó. ¿Cómo podía Moisés ser tan impaciente para juzgar al pueblo antes que Dios lo hiciera?

 

Al representar a Dios, si nos enojamos, debemos confesar que es de nosotros y no de Dios; separemos las cosas nuestras y las de Dios.

 

Cuando nos equivocamos, debemos confesar, así no damos lugar a Satanás, ni caemos en oscuridad. Si confesamos primero, Dios no tendrá que defenderse y seremos librados de caer en su mano de justicia.

 

3.      La autoridad delegada no debe cometer errores.

Para que nuestro servicio sea aprobado por Dios, no debemos servir en nuestra fuerza, sino en el terreno de la resurrección. No tenemos autoridad, representamos autoridad. Así la carne no tiene lugar, pues sólo causamos problemas si actuamos de acuerdo a nuestros caprichos. Dios tiene un pensamiento: establecer su autoridad en la tierra.

 

En la iglesia la sumisión a la autoridad tiene que ser absoluta; sin sumisión, no hay iglesia. Pero se observan dos problemas en la iglesia: falta de sumisión absoluta y presencia de autoridad equivocada. De esta corrección depende su futuro.

 

4.      La autoridad proviene del ministerio y éste de la resurrección.

Si no hay resurrección, no hay ministerio y si no hay ministerio, no hay autoridad. El ministerio de Aarón vino de la resurrección, si no, era imposible su servicio. Dios nunca ha puesto autoridad sin ministerio. El da ministerio y da autoridad.

 

Moisés y Aarón aceptaron ser excluidos de Canaán para que Dios se vindicara; no tuvieron pretextos. Muchas veces intercedieron por el pueblo, pero ahora no piden por si mismos. Fue un precioso silencio.

La autoridad fluye del ministerio; éste, de la resurrección y tiene raíces en Dios. Cuando un líder mal representa la autoridad de Dios, su ministerio cesa, como en Moisés y Aarón.

LA AUTORIDAD DELEGADA DEBE ESTAR BAJO AUTORIDAD

 

1ª Samuel 24: 1-6; 26: 7-12

2ª Samuel 1: 5-15

 

David estaba seguro de llegar a ser rey; Saúl ya estaba rechazado por Dios; pero David sigue sumiso bajo su autoridad; no trató de establecer su propia autoridad.

 

Características:

 

1.      Espere que Dios confirme la autoridad.

En 1ª de Samuel 24, David en-gadi corta un pedazo del traje de Saúl, pero le molestó la conciencia. David nunca anuló la autoridad de Saúl. Esperó que Dios le confirmara su autoridad. No trató de ayudar a Dios; aprendió a no tratar de asegurar su propia autoridad.

 

2.      La autoridad tiene que ser escogida por Dios y por la iglesia.

En 2ª Samuel 1:5-15, David juzga al amalecita por la muerte de Saúl, pues había violado la autoridad; la violación no fue directamente contra David, pero este lo juzgó porque pecó contra la autoridad.

 

Después de la muerte de Saúl, David preguntó a Dios a que ciudad debía ir; humanamente David y su ejército debían ir al palacio de Jerusalén, aprovechando la ocasión, pero Dios le dijo Hebrón, una ciudad pequeña.

 

Así David probó que no estaba buscando autoridad, esperaba de  Dios esa autoridad. Samuel lo ungió como escogido de Dios, ahora Judá lo ungió como escogido del pueblo; esta acción tipifica la iglesia. Estar ungido de Dios es una cosa y estar ungido de la gente es otra. Tiene que ser escogido por Dios y por la iglesia.

 

David no fue a Jerusalén porque esperaba que la gente lo escogiera, se quedó en Hebrón 7 años; fue paciente. Dios no da autoridad a una persona con orgullo y que busca gloria. Dios ungió a David para reinar sobre todo el pueblo, no solo sobre Judá, pero el pueblo no lo había aceptado completamente. Como la casa de Judá lo ungió como rey, sobre ellos reinó; lo demás podía esperar.

 

Después de reinar sobre Judá 7 años, todas las tribus lo ungieron como rey. Así fue rey de Jerusalén 33 años. La autoridad no puede ser impuesta sobre la gente; tiene que ser establecida por Dios y ungida por el hombre. En esos 7 años no dudó que reinaría sobre todo el pueblo, así se sometió a la mano de Dios.

 

Los que conocen a Dios, pueden esperar. Si la condición es correcta será reconocido no sólo por Dios, sino que también por la iglesia.

 

3.      Manteniendo la autoridad.

¿Por qué tenia que esperar en Hebrón David? Después de la muerte de Saúl, su hijo siguió como rey de Jerusalén. Unos hombres lo mataron y llevaron la cabeza a David, pensando que le serían buenas noticias. David los mató, los juzgó porque se revelaron contra la autoridad. Hay que saber ser autoridad y mantener autoridad.

 

Nadie debe permitir que la autoridad de otro sea dañada por establecer su propia autoridad. Aún cuando la rebelión sea contra otra autoridad debe ser juzgado.

 

4.      La autoridad debe soportar provocaciones.

El espíritu rebelde es contagioso.

2ª Samuel 16:8-11 nos demuestra que David fue hombre quebrantado y tierno, necesitamos un toque del espíritu de David, ya que éste fue hombre de obediencia absoluta, se sometió a Dios en todo.

 

El hombre con la autoridad que Dios establece es capaz de soportar provocación. Si la autoridad que posee no puede ser ofendida, no es digno de ser autoridad. Solo los obedientes son dignos de autoridad.

 

5.      La autoridad no necesita mantenerse así misma.

Absalón tuvo una doble rebelión: contra su padre y contra el rey. En 2ª Samuel 15 se describe a David como una persona mansa, tierna, humilde, perdonador.

Si llevaba el Arca lo seguiría mucha gente; prefirió no llevarla (2ª Samuel 15:25-26) mostró sumisión completa delante de Dios.

 

Un rey que tiene la autoridad establecida por Dios, ¿por qué debe luchar contra los hombres? David no tenía necesidad de buscar apoyo para mantener su autoridad.

El que representa autoridad debe ser humilde delante de Dios y de su pueblo. No debe tener soberbia ni buscar mantener su propia autoridad.

 

6.      No estar consiente de si mismo como autoridad.

En 2ª Samuel 7:18 David adoró a Dios, tenía espíritu tierno y sensitivo; antes de ser rey, David fue temible guerrero, ya como rey se sentó en el suelo y fue humilde.

 

El que piensa que es autoridad, no es digno de ser autoridad. A mayor autoridad que se posee, menor conciencia se debe tener de ella.

 

7.      Aprendiendo a humillarse bajo la poderosa mano de Dios.

David no volvió al palacio inmediatamente después de la muerte de Absalón; porque Absalón también fue ungido por el pueblo. Esperó hasta que le pidieran que volviera como rey; originalmente fue puesto por Dios, pero aprendió a humillarse bajo su poderosa mano.

 

Necesitamos el espíritu de David, no defendernos a nosotros mismos, ni hablar por si mismo, humillándonos delante de Dios. Aquel que sabe obedecer, sabrá estar en autoridad; en cuanto más bajo se postre uno delante de Dios, El lo honrará.

 

 

 

HASTA DONDE LLEGUE NUESTRO TESTIMONIO, LLEGA NUESTRA AUTORIDAD.

 


1 comentario:

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